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jueves, 2 de julio de 2020

Redefiniendo la educación en tiempos de pandemia: el desafío de los Estados en vías de desarrollo


La UNESCO nos ha hecho reflexionar entre las similitudes de los desafíos de aprendizaje que enfrentaron las sociedades del siglo XIV durante la Peste Negra y la actual pandemia a la cual se enfrenta el mundo, partiendo del hecho que la anterior crisis global sanitaria marcó un nuevo mundo educativo. Esta pandemia que estamos viviendo en la actualidad con el COVID-19, ha redefinido nuevamente los métodos educativos empleados que solo serán efectivos, si las autoridades correspondientes responden de manera asertiva a los retos educativos consecuentes de esta crisis sanitaria.




DESDE PANAMÁ- En el artículo de William Courteney titulado: “Rethinking Education Post-Coronavirus: Lessons from Spain to Avoid Widening the Socioeconomic Achievement Gap” se analizó con base en las estimaciones de las experiencias de crisis anteriores a lo largo de la historia el efecto del cierre de escuelas de la Declaración oficial de alarma en España para este año académico. Así como la implementación del programa PROA (Plan de Refuerzo, Orientación y Apoyo en centros de Educación Primaria y Educación Secundaria). [1]

“La experiencia española durante la Gran Recesión, con la implementación del PROA, brindó un apoyo adicional a los estudiantes desfavorecidos que habrían sido los más afectados por el cierre de escuelas, mejorando el rendimiento académico en lectura y aprendizaje en un 8.5%. “

En palabras de William Courteney, las regiones que adaptaron el programa mediante la firma de contratos escolares para escuelas que necesitaban más apoyo tuvieron mejores resultados de aprendizaje y un impacto duradero. Recalcando que la efectividad del programa radicó principalmente en el compromiso y financiamiento de gobiernos regionales que ofrecieron y tomaron diferentes medidas efectivas, por medio de estímulos fiscales para proporcionar computadoras portátiles y subsidiar la conectividad del hogar para estudiantes de bajos ingresos. ¿Sería funcional este modelo para el resto de los países en vías de desarrollo?

Escuela Rancho, San Felix, Chiriqui

La respuesta es afirmativa pero está conformada por grandes desafíos.
La educación a distancia pasó a adquirir una relevancia nunca antes vista. Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han ganado un lugar cada vez más relevante en la forzada modernización de la educación. Estas tecnologías, tienen ventajas sobre otros medios porque ofrecen una comunicación bidireccional instantánea, perfectamente flexible y de inmediata respuesta. Permitiendo el acceso a contenidos ilimitados, conversaciones virtuales entre múltiples personas, herramientas diversas y el procesamiento remoto de datos, entre otras ventajas. Por estas características tan diversas y ágiles, la educación a distancia se ha convertido en la solución principal para el vacío educativo que los medios tradicionales no pueden llenar por la situación de pandemia en la que nos encontramos, haciendo que los mismos se vayan quedando obsoletos. [2]

Esta pandemia definitivamente nos ha tomado por sorpresa y para los países en vías de desarrollo, esto se ha traducido en dejar a la vista de la sociedad internacional las grandes falencias existentes dentro de sus respectivos sistemas educativos. La educación virtual está presentando más desventajas que ventajas para estos países, que todavía no logran establecer las directrices adecuadas que pasarán a regular este nuevo método educativo.

La educación virtual requiere un mayor compromiso y disciplina por parte de los alumnos y docentes. Si se lograra alcanzar este objetivo, el rendimiento académico podría mejorar significativamente. Sin embargo el principal obstáculo, es que la cualidad de ser autodidacta no es innata de los estudiantes, es dependiente de cada individuo. Y la educación en los países en vías de desarrollo sigue siendo precaria y selectiva, con altos índices de analfabetismo y abandono de los estudios a tempranas edades, de los sectores poblacionales más afectados por la pobreza, la descomunicación, el desempleo y los bajos niveles de salubridad y acceso educativo.

La familia pasa a ocupar un rol doblemente primordial para los estudiantes de los niveles educativos básicos como lo son la pre primaria y primaria, ya que se convierten en los responsables de impartir la enseñanza y la motivación a sus hijos mediante la promoción del aprendizaje. Los padres deben asegurarse de que los hijos permanezcan en contacto con sus maestros y lleven a cabo las lecciones y actividades recomendadas con su ayuda. Esto significa que generalmente, los estudiantes cuyos padres tienen un nivel educativo más alto podrían proporcionar más apoyo durante las cuarentenas, pero este factor simultáneamente está aumentado la expansión de una brecha de aprendizaje ya existente entre estudiantes de diferentes grupos socioeconómicos. La educación virtual se ha convertido en una barrera para este gran sector de la población que no cuenta con las capacidades y herramientas necesarias para que sus hijos continúen recibiendo esa educación básica. [3]

La otra cara de la educación a través de este modelo moderno se ha transformado en un reto para los docentes de todos los niveles, debido a que la efectividad de la educación a distancia depende en gran medida de su participación. Una participación que se ve limitada porque la mayoría de los sistemas educativos tradicionales de los países en vías de desarrollo, seguían alejados de la realidad del mundo desde antes de la pandemia, lo cual dificulta que los docentes cuenten y manejen las herramientas necesarias para impartir este tipo, de educación a sus estudiantes. Tomando en cuenta el modelo español PROA, esto puede ser remediado fácilmente por las autoridades mediante capacitaciones que aumenten la efectividad de los docentes y mejoren el uso de las plataformas de aprendizaje virtual, para que los mismos puedan ofrecer a los estudiantes una educación de calidad y efectiva, que no sea excesivamente agotadora para los estudiantes sino que se adecue al nuevo estilo de vida al cual se tendrán que adaptar de manera gradual.

“El acceso de los estudiantes a la tecnología digital es inequitativo y desigual.”

Los grupos socioeconómicos más bajos y rurales han sido los más afectados con el cierre de escuelas por la actual situación de emergencia sanitaria que estamos viviendo a causa del COVID-19. Brechas educativas que ya existían, como la existencia de escuelas en condiciones muy precarias en pleno siglo XXI, dificultan que todos los estudiantes puedan no sólo tener una educación de calidad sino que puedan volver a tener acceso a la educación en general. Si las políticas educativas que serán implementadas por los Estados no abordan este principal problema, el aprendizaje a distancia terminará incrementando de manera desmesurada esa brecha educativa existente entre clases sociales y en consecuencia, los bajos niveles de escolaridad pasarán a convertirse en una barrera que acentúa y satura el campo laboral informal por la falta de preparación profesional, restándole oportunidades de desarrollo y mejora de su calidad de vida a esa población joven que se encuentra en crecimiento.

Por este motivo observamos que los estudiantes de familias con un alto nivel educativo, mayores ingresos económicos, que viven en áreas urbanas y en países de economías muy desarrolladas han tenido mejores resultados con este método educativo virtual y su rendimiento académico no se ha visto tan negativamente afectado por el cierre de escuelas y universidades. Además, los efectos de una esperada crisis económica post-COVID, van a aumentar la probabilidad de que muchos estudiantes no logren graduarse de la educación obligatoria a tiempo o que la abandonen por completo.

La pandemia está mostrando un efecto adverso a la igualdad de oportunidades en materia de educación. Las disparidades educativas entre estudiantes ricos y pobres, urbanos y rurales se están ampliando y se necesita con urgencia una acción política de apoyo educativo. Los Estados son los que tienen la capacidad para contrarrestar la gravedad de estos problemas establecidos, basándose en un análisis individual de su situación educativa y las acciones que tomen respectivamente sus autoridades, son las que determinarán realmente si la implementación de un plan como el PROA es la solución aplicable para afrontar el nivel de impacto que las medidas de confinamiento y el cierre de las escuelas está causando a los estudiantes en su proceso de aprendizaje.

“No es una solución dar educación a los pobres, si les das una pobre educación.”

-Tirone González Orama


Por Emilse Espinosa R.
Panameña, 22 años. Actualmente cursa el último año de la Licenciatura en Relaciones Internacionales, en la Universidad Nacional de Panamá. Sus ámbitos de interés abarcan: Diplomacia, Violencia de género y Geopolítica.


Fuentes Consultadas:
[1] Ana Capilla, Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) and UFV; Jorge Sainz, Universidad Rey Juan Carlos (URJC), Madrid (Spain) and IPR (University of Bath, UK); and Ismael Sanz, URJC, Madrid (Spain) http://uis.unesco.org/en/blog/rethinking-education-post-coronavirus-lessons-spain-avoid-widening-socioeconomic-achievement
[2] Carlos Mancera Corcuera, Pandemia: maestros, tecnología y desigualdad https://educacion.nexos.com.mx/?p=2286
[3] Efectos académicos del cierre de los colegios por la pandemia del coronavirus https://www.oei.es/Educacion/Noticia/oei-analiza-como-afectara-el-cierre-colegios-coronavirus

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