FRANCIA- Lejos de una interpretación revisionista de sus intenciones, esta táctica política esculpió sus más grandes cimientos en el abandono de los Estados Unidos del Plan de Acción Integral Conjunto en mayo del 2018 y en la re-imposición de sanciones con intenciones fulminantes y con resultados catastróficos. La Presidencia de Trump no ha hecho más que transformar el optimismo de un pueblo iraní que conoció una viable distensión con el gobierno norteamericano en una latente amenaza a su soberanía.
Hoy, Irán, República envuelta en una larga tradición de personalismo político que caracteriza la tormentosa historia un Estado no secular en tiempos modernos, busca en su antiguo arsenal de estrategias políticas, la carta del paternalismo en su forma quizás más sobreprotectora. Múltiples son las declaraciones del Líder Supremo Ali Khamenei, en el contexto de la celebración del Nouruz celebrando la llegada del año 1399, en las que promete “grandes victorias” para el año a venir y recordando la resiliencia de un pueblo que pareciese acostumbrarse a la fatalidad de una crisis recurrente. Quién diría que tras el empeoramiento de la situación económica debido al restablecimiento de sanciones económicas por parte de Estados Unidos en 2018; las masivas protestas en noviembre del 2019 por el aumento del precio de combustible que detonó una represión que causó 300 muertos según Amnistía Internacional; y el súbito derribo - no intensional según Irán- del avión comercial ucraniano, la República Islámica estaría también amenazada por un enemigo invisible a la desnudez de nuestra vista. En febrero de este año, cuando el COVID-19 empezó a cobrar sus primeras vidas en el territorio, Hasán Rohani le aseguró a su población que la celebración del año nuevo persa podría seguir, considerando las circunstancias. Inclusive, Iraj Harachi, Viceministro de Salud y Educación Médica no se cubrió el rostro al escupir al cielo que las cuarentenas “son medida de la Edad de Piedra”. Su subsecuente internación en la Clínica por dar positivo en la prueba del virus al poco tiempo de sus declaraciones, es la muestra más elocuente de este doble-piensa orwelliano que parece caracterizar hoy a la esfera político-religiosa de Irán.
Con más de 2,500 fallecimientos y acercándose a la cifra de 40,000 casos confirmados -según fuentes oficiales de Irán- el gobierno ha sido ampliamente criticado por la comunidad internacional por su aparente laxismo al enfrentar la crisis sanitaria que sopesa en el país. No es sino hasta hace pocos días que Irán decidió por fin ordenar el cierre de negocios no esenciales, el cierre de ciertos viajes infra-estatales, entre otros. Por otro lado, el respeto a la cuarentena entre los ciudadanos iraníes se ve en tensión con una aparente desconfianza hacia las autoridades estatales que ordenaron un plan de distanciamiento social hasta el 3 de abril y el folclor de un año nuevo. Pero a Irán se le reprocha más de lo que se le ofrece como salida a su crisis interna. En palabras de Rohani,
Hoy, Irán, República envuelta en una larga tradición de personalismo político que caracteriza la tormentosa historia un Estado no secular en tiempos modernos, busca en su antiguo arsenal de estrategias políticas, la carta del paternalismo en su forma quizás más sobreprotectora. Múltiples son las declaraciones del Líder Supremo Ali Khamenei, en el contexto de la celebración del Nouruz celebrando la llegada del año 1399, en las que promete “grandes victorias” para el año a venir y recordando la resiliencia de un pueblo que pareciese acostumbrarse a la fatalidad de una crisis recurrente. Quién diría que tras el empeoramiento de la situación económica debido al restablecimiento de sanciones económicas por parte de Estados Unidos en 2018; las masivas protestas en noviembre del 2019 por el aumento del precio de combustible que detonó una represión que causó 300 muertos según Amnistía Internacional; y el súbito derribo - no intensional según Irán- del avión comercial ucraniano, la República Islámica estaría también amenazada por un enemigo invisible a la desnudez de nuestra vista. En febrero de este año, cuando el COVID-19 empezó a cobrar sus primeras vidas en el territorio, Hasán Rohani le aseguró a su población que la celebración del año nuevo persa podría seguir, considerando las circunstancias. Inclusive, Iraj Harachi, Viceministro de Salud y Educación Médica no se cubrió el rostro al escupir al cielo que las cuarentenas “son medida de la Edad de Piedra”. Su subsecuente internación en la Clínica por dar positivo en la prueba del virus al poco tiempo de sus declaraciones, es la muestra más elocuente de este doble-piensa orwelliano que parece caracterizar hoy a la esfera político-religiosa de Irán.
Con más de 2,500 fallecimientos y acercándose a la cifra de 40,000 casos confirmados -según fuentes oficiales de Irán- el gobierno ha sido ampliamente criticado por la comunidad internacional por su aparente laxismo al enfrentar la crisis sanitaria que sopesa en el país. No es sino hasta hace pocos días que Irán decidió por fin ordenar el cierre de negocios no esenciales, el cierre de ciertos viajes infra-estatales, entre otros. Por otro lado, el respeto a la cuarentena entre los ciudadanos iraníes se ve en tensión con una aparente desconfianza hacia las autoridades estatales que ordenaron un plan de distanciamiento social hasta el 3 de abril y el folclor de un año nuevo. Pero a Irán se le reprocha más de lo que se le ofrece como salida a su crisis interna. En palabras de Rohani,
la salud es un principio para nosotros, pero la producción y seguridad de la sociedad es también un principio.
¿Estará hoy en día Irán intentando exhibir aquel resplandor que encuentra en el pasado alegórico del Imperio Persa, y una cultura política de orgullo providencial como lo intenta describir la alta esfera política norteamericana? ¿O bien, intenta continuar con demostraciones de imperturbabilidad frente a una crisis sanitaria acentuada por las dolencias económicas impuestas por los Estados Unidos para exponerle a la comunidad internacional de la ineficacia de su hostilidad financiera? Las fronteras entre esas dos retóricas se diluyen frente a los hechos pues Irán le solicitó al Fondo Monetario Internacional una ayuda de emergencia de 5 billones de dólares para combatir el brote de coronavirus en su territorio siendo esta, la primera asistencia de esta índole desde 1962 .
El país está entre la espada y la pared. Sin cuestionar la imparcialidad característica de esta organización financiera internacional, si la erupción del COVID-19 en Irán es la espada, existe una muralla que los arrincona y son las sanciones económicas que los Estados Unidos le impusieron en 2018. De hecho, el Tesoro Norteamericano, en una nueva ronda de sanciones, aplicó aún más presión sobre una docena de iraníes y cinco compañías en la industria de la construcción y marítimas acusados de ser partícipes o haber permitido el contrabando a través del puerto iraquí de Umm Qasr; presuntamente implicados en la venta de petróleo al régimen sirio, en el contrabando de armas al Iraq y el Yemen y en operaciones de blanqueo de dinero a través de empresas de fachada iraquíes, la intimidación de políticos iraquíes y el desvío de fondos y donaciones públicas realizadas a una "institución aparentemente religiosa" para complementar los presupuestos militares iraníes.
El país está entre la espada y la pared. Sin cuestionar la imparcialidad característica de esta organización financiera internacional, si la erupción del COVID-19 en Irán es la espada, existe una muralla que los arrincona y son las sanciones económicas que los Estados Unidos le impusieron en 2018. De hecho, el Tesoro Norteamericano, en una nueva ronda de sanciones, aplicó aún más presión sobre una docena de iraníes y cinco compañías en la industria de la construcción y marítimas acusados de ser partícipes o haber permitido el contrabando a través del puerto iraquí de Umm Qasr; presuntamente implicados en la venta de petróleo al régimen sirio, en el contrabando de armas al Iraq y el Yemen y en operaciones de blanqueo de dinero a través de empresas de fachada iraquíes, la intimidación de políticos iraquíes y el desvío de fondos y donaciones públicas realizadas a una "institución aparentemente religiosa" para complementar los presupuestos militares iraníes.
A pesar de múltiples declaraciones por parte del gobierno de Trump según las cuales las sanciones no imposibilitan el comercio de medicamentos y productos de asistencia humanitaria, la naturaleza de las sanciones impide las transacciones financieras internacionales con el país, limitando fuertemente la posibilidad de comercio. En ese sentido, muchas de las empresas a escala internacional encargadas de suministrar medicamentos y material médico se ven fastidiadas por sus bancos quienes imposibilitan las transacciones por miedo a sufrir de repercusiones por parte del gobierno norteamericano, según Human Rights Watch. Este temor burocrático-institucional se ve acentuado por otro lado, por la absoluta negativa a levantar las sanciones por parte de Estados Unidos. El secretario del Tesoro de EE.UU, Steven Mnuchin, en una declaración oficial posteada en el sitio web de la institución que encabeza, aprovechó la situación para enfatizar que
Irán emplea una red de compañías de fachada para financiar grupos terroristas en toda la región, desviando recursos del pueblo iraní y dando prioridad a los apoderados terroristas sobre las necesidades básicas de su pueblo. Los Estados Unidos mantienen amplias excepciones y autorizaciones para la ayuda humanitaria, incluyendo productos agrícolas, alimentos, medicinas y dispositivos médicos para ayudar al pueblo de Irán a combatir el coronavirus
...sin añadir muchos detalles de cómo dichas disposiciones se ponen al alcance de un pueblo iraní cada vez más castigado por el antagonismo entre los gobiernos respectivos.
Por su parte, la comunidad internacional ha realizado llamados a favor de la distensión del flagelo financiero, encabezada por el Alto Comisionado para los Derechos Humanos quien pidió que las sanciones se flexibilicen en este contexto de crisis sanitaria, económica y social en Irán. Por otro lado, China y Rusia también hicieron un llamado a la solidaridad estadounidense quien, hasta hoy, aparenta tanta apatía que hasta el eje sino-ruso denota una superioridad moral en el espacio internacional. No hay que olvidar que la re-imposición de las sanciones a Irán, por parte de EE.UU fue una violación al derecho internacional según la Corte Internacional de Justicia, debido a la ausencia de mandato por parte del Consejo de Seguridad de la ONU que el Relator Especial de la ONU Idriss Jazairy caracterizó de manera oficial como “forma ilegal e inmoral de coerción” y de “ataque económico”.
Irán no puede permitir que su economía sea también sometida a cuarentena, cuando el virus amenaza con afectar a “millones de iraníes”. Según un estudio de la Sharif University of Technology, el gobierno iraní podría hacer frente a tres situaciones del progreso del virus en función al grado de cooperación y participación de sus ciudadanos. Si la población empezase a cooperar, los casos de contagio se elevarían a 120.000, de los cuales 10% podrían ser mortales, antes de que el brote termine. En caso de una mediana cooperación, el número de infectados podría elevarse a 300.000 y la cifra de fallecidos a 110.000. Sin embargo, una cooperación nula podría ser el golpe de gracia de un sistema de salud ya golpeado por la carencia material médica y podría costarle la vida a “millones de iraníes”.
Entre la adversidad gubernamental de los dos países, es el pueblo iraní quien necesita que se levanten las sanciones para permitir el ingreso de comida y medicina, así como asegurarle un ingreso al mercado internacional para permitirle elevar sus ingresos para continuar con el nuevo programa de transferencias de efectivo por medio del cual se intenta asegurar la seguridad financiera brindándole una ayuda monetaria a 3 millones de familias de bajos ingresos sin empleos permanentes. Sin ingresos, y sin distensión del bloqueo, parece que esta medida providencial del Estado Iraní está condenada a la fatalidad. Ante todo, el presidente Donald Trump necesita suspender las sanciones para permitirle a otros países de ofrecer su ayuda humanitaria sin temor a sufrir de las repercusiones de los Estados Unidos. De hecho, durante la violenta guerra iraní-iraquí, el uso de armas químicas por parte de Saddam Hussein le provocó -entre otras aborrecedoras consecuencias- problemas respiratorios crónicos a 100.000 iraníes que hoy, necesitan más que nunca de máscaras de oxígeno, ventiladores e inhaladores para salir de ese estado máximo de vulnerabilidad. Como bien sabemos, el COVID-19 tiende a ser particularmente letal para aquellos que tienen antecedentes de problemas respiratorios.
Hoy los Estados Unidos son el país con más infectados de COVID-19 en el mundo, y Nueva York tiene más casos confirmados que las cifras oficiales de Irán. Con una dificultad estructural de encontrar cifras legítimas, el objetivo de dicha comparación va más allá de subrayar lo que algunos podrían llamar falta de empatía -cómo Mehdi Hasan. Apelemos al pasado: Bush y Obama tomaron medidas para relajar las sanciones económicas en momentos de absoluta necesidad, como lo fue durante el terremoto masivo en la ciudad de Bam en el sudeste de Irán en diciembre del 2003. Por otro lado, en la década de los 90’, las descomunales sanciones impuestas a Iraq por parte de EE.UU provocaron la muerte de miles de niños iraquíes a lo que la entonces Secretaria de estado Madeleine Albright respondió "creemos que el precio vale la pena”. ¿Cómo afectará la imagen de los Estados Unidos como líder global la falta de voluntad de distensionar la presión máxima impuesta sobre Irán? ¿Creemos en aquel esnobismo pseudo-maquiavélico norteamericano según el cual el precio de las sanciones vale la pena? Lo cierto es, que la humanidad política de los Estados Unidos está hoy, de nuevo, en cuestión ante el escenario internacional.En el último ensayo inédito de Hannah Arendt en el que la autora se cuestiona sobre la Libertad de ser Libre, aquella íntima tensión vinculante que une y separa los procesos revolucionarios y Libertad, estudia etimológicamente la palabra revolución que, de manera original, hacía referencia a la restauración: la restauración de la libertad. Allí donde la autoridad del Estado remanece imperturbada, la revolución es imposible.
Irán no puede permitir que su economía sea también sometida a cuarentena, cuando el virus amenaza con afectar a “millones de iraníes”. Según un estudio de la Sharif University of Technology, el gobierno iraní podría hacer frente a tres situaciones del progreso del virus en función al grado de cooperación y participación de sus ciudadanos. Si la población empezase a cooperar, los casos de contagio se elevarían a 120.000, de los cuales 10% podrían ser mortales, antes de que el brote termine. En caso de una mediana cooperación, el número de infectados podría elevarse a 300.000 y la cifra de fallecidos a 110.000. Sin embargo, una cooperación nula podría ser el golpe de gracia de un sistema de salud ya golpeado por la carencia material médica y podría costarle la vida a “millones de iraníes”.
Entre la adversidad gubernamental de los dos países, es el pueblo iraní quien necesita que se levanten las sanciones para permitir el ingreso de comida y medicina, así como asegurarle un ingreso al mercado internacional para permitirle elevar sus ingresos para continuar con el nuevo programa de transferencias de efectivo por medio del cual se intenta asegurar la seguridad financiera brindándole una ayuda monetaria a 3 millones de familias de bajos ingresos sin empleos permanentes. Sin ingresos, y sin distensión del bloqueo, parece que esta medida providencial del Estado Iraní está condenada a la fatalidad. Ante todo, el presidente Donald Trump necesita suspender las sanciones para permitirle a otros países de ofrecer su ayuda humanitaria sin temor a sufrir de las repercusiones de los Estados Unidos. De hecho, durante la violenta guerra iraní-iraquí, el uso de armas químicas por parte de Saddam Hussein le provocó -entre otras aborrecedoras consecuencias- problemas respiratorios crónicos a 100.000 iraníes que hoy, necesitan más que nunca de máscaras de oxígeno, ventiladores e inhaladores para salir de ese estado máximo de vulnerabilidad. Como bien sabemos, el COVID-19 tiende a ser particularmente letal para aquellos que tienen antecedentes de problemas respiratorios.
Hoy los Estados Unidos son el país con más infectados de COVID-19 en el mundo, y Nueva York tiene más casos confirmados que las cifras oficiales de Irán. Con una dificultad estructural de encontrar cifras legítimas, el objetivo de dicha comparación va más allá de subrayar lo que algunos podrían llamar falta de empatía -cómo Mehdi Hasan. Apelemos al pasado: Bush y Obama tomaron medidas para relajar las sanciones económicas en momentos de absoluta necesidad, como lo fue durante el terremoto masivo en la ciudad de Bam en el sudeste de Irán en diciembre del 2003. Por otro lado, en la década de los 90’, las descomunales sanciones impuestas a Iraq por parte de EE.UU provocaron la muerte de miles de niños iraquíes a lo que la entonces Secretaria de estado Madeleine Albright respondió "creemos que el precio vale la pena”. ¿Cómo afectará la imagen de los Estados Unidos como líder global la falta de voluntad de distensionar la presión máxima impuesta sobre Irán? ¿Creemos en aquel esnobismo pseudo-maquiavélico norteamericano según el cual el precio de las sanciones vale la pena? Lo cierto es, que la humanidad política de los Estados Unidos está hoy, de nuevo, en cuestión ante el escenario internacional.En el último ensayo inédito de Hannah Arendt en el que la autora se cuestiona sobre la Libertad de ser Libre, aquella íntima tensión vinculante que une y separa los procesos revolucionarios y Libertad, estudia etimológicamente la palabra revolución que, de manera original, hacía referencia a la restauración: la restauración de la libertad. Allí donde la autoridad del Estado remanece imperturbada, la revolución es imposible.
El caso iraní presenta cada vez más el perfil de un país cuya gobernabilidad carece del sustento masivo de una población que exhibe cada vez más los síntomas de una enfermedad patógena empedernida en una cultura política revolucionaria que no desconoce la restauración.
Bibliografía
Bibliografía
Mohammad Ayatollahi Tabaar, As Islamism Fades, Iran goes Nationalist, 3 de Abril del 2019, New York Times (Disponible en : https://www.nytimes.com/2019/04/03/opinion/iran-trump-sanctions.html)
El régimen iraní celebra el año Nuevo Persa prometiendo “grandes victorias” mientras crecen las muertes por Coronavirus, 20 de Marzo del 2020, Infobae (Disponible en https://www.infobae.com/america/mundo/2020/03/20/el-regimen-irani-celebra-el-ano-nuevo-persa-prometiendo-grandes-victorias-mientras-crecen-las-muertes-por-coronavirus/
Iran: Thousands arbitrarily detained and at risk of torture in chilling post-protest crackdown, 19 de Diciembre del 2019, Amnesty International (Disponible en :https://www.amnesty.org/en/latest/news/2019/12/iran-thousands-arbitrarily-detained-and-at-risk-of-torture-in-chilling-post-protest-crackdown/)
Parisa HAFEZI y Davide BARBUSCIA, Iran asks IMF for $5 billion emergency funding to fight coronavirus, 12 de marzo del 2020, Reuters. (Disponible en : https://www.reuters.com/article/us-health-coronavirus-iran-imf/iran-says-it-has-asked-imf-for-5-billion-emergency-funding-to-fight-coronavirus-idUSKBN20Z17B)
As COVID-19 rages, US slaps new sanctions on Iranian individuals, 16 de marzo del 2020, Al-Jazeera (Disponible en: https://www.aljazeera.com/ajimpact/covid-19-rages-slaps-sanctions-iranian-individuals-200326145240630.html)
Iran: Sanctions Threatening Health US Should Ensure Effective Humanitarian Exemptions, Human Rights Watch, 29 de Octubre del 2019 (Disponible en : http://www.hrw.org/news/2019/10/29/iran-sanctions-threatening-health)
As COVID-19 rages, US slaps new sanctions on Iranian individuals, 16 de marzo del 2020, Al-Jazeera (Disponible en: https://www.aljazeera.com/ajimpact/covid-19-rages-slaps-sanctions-iranian-individuals-200326145240630.html)
Saeed KAMALI DEHGHAN y Julian BORGEr, International court of justice orders US to lift new Iran sanctions, 3 de Octubre del 2018, The Guardian. (Disponible en: https://www.theguardian.com/world/2018/oct/03/international-court-of-justice-orders-us-to-lift-new-iran-sanctions)
Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Unilateral sanctions hurting civilians must be dropped, says UN expert,, 17 de Octubre del 2018. (Disponible en: https://www.ohchr.org/en/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=23731&LangID=E)
Adam TAYLOR, While Coronavirus ravages Iran, U.S sanctions squeeze it, 19 de Marzo del 2020, The Washington Post (Disponible en : https://www.washingtonpost.com/world/2020/03/19/while-coronavirus-ravages-iran-us-sanctions-squeeze-it/)
Mehdi HASAN, The Coronavirus is Killing Iranians. So Are Trump’s Brutal Sanctions, 18 de marzo del 2020, The Intercept (Disponibleen: https://theintercept.com/2020/03/17/coronavirus-iran-sanctions/)
Negar MORTAZAVI, Bush and Obama eased sanctions on Iran during humanitarian crises, why isn’t Trump?, 13 de Marzo del 2020, The Responsible Statecraft (Disponible en https://responsiblestatecraft.org/2020/03/13/bush-and-obama-eased-sanctions-on-iran-during-humanitarian-crises-why-isnt-trump/)
Extracto de Entrevista del programa 60 minutes por Lesley Stahl a Madeleine Albrigh el 5 de diciembre de 1996 (Disponible en: thttps://www.youtube.com/watch?v=FbIX1CP9qr4)
Por Marcelo Velit
Marcelo Velit, de 21 años, es estudiante de la Maestría en Seguridad Internacional de la Escuela de París de Asuntos Internacionales dependiente del prestigioso instituto educativo Science Po. Previamente cursó Estudios Euro-Latinoamericanos en el Campus de Poitiers de dicha entidad. Sus ámbitos de interés abarcan la inteligencia, el desarrollo, la diplomacia, y la resolución de conflictos.
Muy interesante el artículo, nos abre, para darnos más cuenta de la situación de un pueblo que no tiene la culpa de lo que sus gobernantes hacen. Además, creo que se demuestra una ves más de lo soberbio, ignorante e inconsciente del Presidente de USA.
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